viernes, 7 de enero de 2011

Diamond, Mortensen y Pissarides consiguen el Nobel de Economía

La Real Academia Sueca de Ciencias ha premiado el Nobel de Economía 2010 a tres expertos en desempleo e ineficiencias del mercado de trabajo.

El británico-chipriota Christopher Pissarides, de 62 años, explica cómo compradores y vendedores o empresas y desempleados tienen dificultades para entrar en contacto, en tanto que los profesores estadounidenses Dale Mortensen, de 71 años, y Peter Diamond, de 70, desarrollan esa teoría y la aplican a los mercados laborales.

Modelo económico Introdujeron el concepto de “fricciones del mercado de trabajo” para explicar la razón de la falta de ajuste del mercado laboral, que viene a explicar que en un mercado laboral real puede haber empresas ofertando puestos de trabajo y trabajadores demandándolos, y, aún así, existir desempleo. Esto se debe a que la oferta y la demanda no se encuentran, bien porque fallan los flujos comunicadores o bien porque los demandantes aguardan un puesto de trabajo más “adecuado”.

Los hallazgos obtenidos por estos tres expertos en materia económica son útiles para plantear diseños alternativos de las prestaciones por desempleo. Han creado un modelo en el que se analizan cómo los procesos de búsqueda de empleo se ven afectados por diferentes factores como el salario, los subsidios de desempleo o los costes de contratas.

En cuanto a materias de contratación y despido, aseguran más perjudiciales para el empleo las trabas burocráticas que los costes por indemnización, y que un salario mínimo correctamente estipulado puede incrementar al mismo tiempo el nivel de empleo y bienestar.

Según El Instituto Nacional de Estadística (INE), en España se alcanza una cuota de desempleo del 19,79% en el último trimestre. Por ello, es preciso señalar que en tiempos de grandes dificultades financieras, ni las mentes económicas más virtuosas de este año consiguen la fórmula combatiente a esta realidad ni el mecanismo de prevención de los ciclos de la crisis.

Legado de Nobel Cuando el sueco Alfred Nobel, químico ingeniero nacido en 1833 e inventor de la dinamita falleció, dejó redactado en su testamento que los intereses generados de su capital invertido en valores seguros pasaría a constituir un fondo para premiar a aquellos “que durante el año precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad”. Este fondo se repartiría en partes iguales entre cinco materias: Física, Química, Fisiología y Medicina, Literatura y promoción de procesos de Paz. Los premios para la Física y la Química serán otorgados por la Academia Sueca de las Ciencias, el de Fisiología y Medicina será concedido por el Instituto Karolinska de Estocolmo, el de Literatura, por la Academia de Estocolmo, y el de los defensores de la paz por un comité formado por cinco personas elegidas por el Storting (Parlamento) noruego.

Pero, ¿en qué momento mencionó la Economía? Aquí sale a la luz el carácter problemático que concierne a su concesión. El premio a la Economía incurre en un error nominal. No debería ser llamado “Nobel” realmente, pues así no lo estableció el creador de la dinamita. Fue el Banco de Suecia el que decidió sufragar la cuantía económica de este premio desde 1969 en honor a la Fundación Nobel y que está valorado en diez millones de coronas suecas (1,08 millones de euros).

La peculiaridad de esta disciplina científica la posiciona en un puesto precario entre las ciencias puras. Por ello, el bisnieto del fundador, Peter Nobel, y muchos hombres de ciencia como Friedrich Hayek y Gunnar Myrdal no contemplan a la economía como materia científica e insisten en que no debería ser catalogada como tal, ya que “ningún hombre debería ser señalado como si fuese una referencia en un tema tan complejo como la economía” y “Alfred Nobel nunca mencionó intención de premias a esta disciplina”.

Como curiosidad, este premio económico eminentemente masculino, solo ha sido otorgado en el año 2009 a Elinor Ostrom por sus teorías sobre el papel de las empresas en la resolución de conflictos y por el análisis del papel de las empresas como estructuras de gobierno alternativas y sus límites, además ha sido investida doctora Honoris Causa por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).

En cuanto al resto de disciplinas, al Premio Nobel se lo acusa también de grandes olvidos. En Literatura, los marginados más célebres son Franz Kafka o Jorge Luis Borges. En el campo de la Paz, una omisión fue no otorgárselo a Mahatma Gandhi, líder de la no violencia.

Mientras algunas ciencias reclaman su atención e incitan a posar la mirada en ellas, la concesión del premio a la Economía se mece en aguas turbulentas y se pasea por las avenidas de la controversia.

Por Noelia Núñez Morón, Desirée Rodríguez Álamo, Lorena Martínez Esquinas, Ángela López Mora y Nazareth Alonso Casarrubios.

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