"Ni hao" a China

Las páginas de economía no paran de indicar que China está tomando medidas económicas expansivas, practicando una enorme inversión en infraestructuras y tecnología. El mundo ya le saluda con un acuciante interés. Ante la crisis, actuó mientras otros gobiernos estaban en incertidumbre, cobrando una posición más activa frente al malestar económico.

La cifra por antonomasia de su expansión es la situada en torno al 10% de PIB para 2010, y ya se ha alzado como mayor país exportador. Un sentimiento nacional chino de unidad y patriotismo puede ser una de las causas, pero no debe perderse de vista a los acuciantes problemas de derechos humanos que le caracteriza, atípicos de un siglo XXI. El crecimiento chino no ha pasado desapercibido por tierras yankies. Obama y su séquito han visto en China la posibilidad de estrechar lazos para afrontar el futuro económico de ambos y del globo. La puesta en la mesa de soluciones comunes, la apreciación del yuan o la importancia del libre comercio, son los temas centrales en su trabajo común para superar los conflictos comerciales. 

A su vez, China aspira a ser reconocida por su labor generadora de riqueza en los países más pobres del planeta. Ha estudiado con el Banco Mundial la posibilidad de instalar fábricas de bajo coste y mano de obra intensiva (juguetes y calzado deportivo) en las nuevas zonas industriales que surgen en África. Esta iniciativa no sólo generaría empleo en los países subsaharianos, sino también riqueza y desarrollo suficientes para marcar un ritmo de crecimiento económico estable. 

De momento, la OCDE, ya ha propuesto a China a avanzar en las reformas sociales, para consolidar su crecimiento y poner su grano de arena en la ayuda a los países más desfavorecidos. De hecho, un informe reciente de este organismo sobre el país nipón, indica que está progresando en la lucha para sacar a la economía mundial de la recesión. 

China se sitúa por tanto entre una importante pero decreciente violación de los derechos humanos, y un crecimiento económico que se espera le sitúe por encima de EEUU de aquí en 5 a 7 años. Recomiendo un diccionario chino, lo vamos a necesitar.

Por Manuel Sueiro, estudiante de Grado en Periodismo en la URJC