Cada día, desde hace varios
meses, los medios anuncian que la prima de riesgo se mantiene en la cuerda
floja, a unos niveles que asustan al miedo. Esto mantiene enganchados a los interesados
por la situación económica de su país, que persiguen con atención las noticias
sobre este fenómeno, fenómeno que a muchos alarma, pero que pocos realmente
entienden. Y es que, mucha culpa la tienen los medios de comunicación, que
dedican sus esfuerzos a desviarse de su objetivo principal, informar, para
poner en alerta continua a los españoles. Les atormentan hablándoles de la
subida de un índice que depende de muchos factores, y que, no es necesariamente
la causa principal, ni de la que depende exclusivamente la crisis económica que
acusamos desde 2007.
La prima de riesgo o spread es el diferencial de deuda que
paga un país para financiarse en los mercados, en comparación con otros países.
De manera que, cuanto mayor es el riesgo
del país para devolver el dinero prestado, más alta será su prima de riesgo y
más alto será el tipo de interés de su deuda. En otras palabras, es la
rentabilidad que exigen los inversores (TIR) a un país para comprar su deuda
soberana en comparación con la que exigen a otros países. Por lo tanto, la
prima de riesgo mide la confianza de los inversores en la solidez de una
economía. En la Unión Europea, para hallar este índice comparativo, se comparan
las rentabilidades o tipos de interés de los países con respecto al mercado
Alemán, el cual se supone la deuda pública con menor riesgo impago, ya que este
es igual a 0.
España, para financiarse,
necesita emitir bonos a 10 años. Estos son unos títulos que pone en venta el
Estado Español en el mercado internacional. Los inversores que estén dispuestos
a comprar estos bonos, exigirán un interés a cambio (al igual que hacen los
bancos), y este interés, dependiendo de si es más alto o más bajo, endeudará
más o menos al país en cuestión que vende los bonos, y, a su vez, generará
mayor o menor grado de confianza en los inversores del mercado. Esta confianza
está ligada al tema que nos ocupa, la prima de riesgo, pues la diferencia entre
el tipo de interés al que se compran los bonos españoles respecto de los
alemanes, nos dará como resultado la prima de riesgo del Estado Español. Así, a
mayor prima de riesgo, menor confianza en el mercado de inversores, y, por
tanto, menor inversión en deuda pública Española. Lo que se traduce en menos
financiación o una obtención de esta a un precio demasiado caro. Pero, el dato
más importante es que esta prima de riesgo se da en los mercados secundarios,
es decir en la especulación de la deuda pública, que vulgarmente podría
entenderse como el mercado legal donde se revenden los bonos soberanos.
Muchos son los expertos en
economía que opinan que uno de los mayores problemas de la crisis ha sido la
falta de regulación de estos mercados, junto con otros factores. Pero lo cierto
es que nuestra prima de riesgo se ha relajado llegando en la actualidad a los
341 puntos básicos. Todo ello gracias a las últimas inyecciones que están
haciendo los bancos centrales. El último dato es la importante intervención que
ha realizado el Banco Central Europeo, que ha subastado 500 mil millones a un
interés muy asequible y con un plazo de devolución bastante cómodo, a tres
años. Tiempo de cortesía para que los bancos puedan operar y financiar a otras
empresas con tranquilidad, recuperándose de la delicada situación en la que se
encuentran.